miércoles, 26 de noviembre de 2008

Momento de reflexión...

Me declaro fiel seguidora de El Blog de Rober Bodegas.

Rober Bodegas es un humorista gallego (de la Costa da Morte, como yo) monologuista y colaborador de Sé lo que hicisteis... de La Sexta, entre otras muchas cosas como es ser el ganador de El rey de la comedia de TVE1. Todo un personaje!

Hace años que he oido hablar de él como un buen monologuista y justamente fue durante mi enfermedad cuando he coincidido con él por la tele y por internet.

Qué suerte que me coincidiese-pensé más de una vez-porque las sonrisas y risas y buen rollito que me ha provocado este hombre mientras estaba tirada en el sofá soportando los efectos de la quimioterapia.... muy pocos, la verdad!!! Y es que su forma de ver las cosas hasta el más pequeño de los detalles....me encanta!! (Que conste en acta que Rober Bodegas no es amigo mio ni tampoco me está apuntando con una pistola para que diga todo esto de él, eh. jejeje)

Pues el otro día entré en su Blog por primera vez y, como no, me eché unas risas. Pero lei algo que me dejó tocada/pensativa, me llegó al alma.

En una de las publicaciones, colgó un texto (que no es de él) pero que le gusta y nos lo quiso mostrar a sus lectores.

El texto es de un escritor polaco llamado Sławomir Mrożek. Se llama "La Revolución" y no habla del cáncer en ningún momento ( que es nuestro tema) pero como yo todo lo llevo a mi terreno (a mi enfermedad) he podido meterme en el papel y llegar a la misma conclusión que el autor.

Así que, sin más rollos, os dejo el texto de este escritor al que Rober Bodegas nos hace mención.

Saquen ustedes vuestras propias conclusiones:

LA REVOLUCIÓN

En mi habitación la cama estaba aquí, el armario allá y en medio la mesa. Hasta que esto me aburrió. Puse entonces la cama allá y el armario aquí. Durante un tiempo me sentí animado por la novedad. Pero el aburrimiento acabó por volver. Llegué a la conclusión de que el origen del aburrimiento era la mesa, o mejor dicho, su situación central e inmutable. Trasladé la mesa allá y la cama en medio. El resultado fue inconformista. La novedad volvió a animarme, y mientras duró me conformé con la incomodidad inconformista que había causado. Pues sucedió que no podía dormir con la cara vuelta a la pared, lo que siempre había sido mi posición preferida.

Pero al cabo de cierto tiempo la novedad dejó de ser tal y no quedo más que la incomodidad. Así que puse la cama aquí y el armario en medio. Esta vez el cambio fue radical. Ya que un armario en medio de una habitación es más que inconformista. Es vanguardista.

Pero al cabo de cierto tiempo… Ah, si no fuera por ese «cierto tiempo». Para ser breve, el armario en medio también dejo de parecerme algo nuevo y extraordinario.

Era necesario llevar a cabo una ruptura, tomar una decisión terminante. Si dentro de unos límites determinados no es posible ningún cambio verdadero, entonces hay que traspasar dichos límites. Cuando el inconformismo no es suficiente, cuando la vanguardia es ineficaz, hay que hacer una revolución.

Decidí dormir en el armario. Cualquiera que haya intentado dormir en un armario, de pie, sabrá que semejante incomodidad no permite dormir en absoluto, por no hablar de la hinchazón de pies y de los dolores de columna. Sí, esa era la decisión correcta. Un éxito, una victoria total. Ya que esta vez «cierto tiempo» también se mostró impotente. Al cabo de cierto tiempo, pues, no sólo no llegué a acostumbrarme al cambio —es decir, el cambio seguía siendo un cambio—, sino que, al contrario, cada vez era más consciente de ese cambio, pues el dolor aumentaba a medida que pasaba el tiempo.

De modo que todo habría ido perfectamente a no ser por mi capacidad de resistencia física, que resultó tener sus límites. Una noche no aguanté más. Salí del armario y me metí en la cama. Dormí tres días y tres noches de un tirón. Después puse el armario junto a la pared y la mesa en medio, porque el armario en medio me molestaba. Ahora la cama está de nuevo aquí, el armario allá y la mesa en medio. Y cuando me consume el aburrimiento, recuerdo los tiempos en que fui revolucionario.


sábado, 8 de noviembre de 2008

Mis efectos secundarios

Qué tendrá la quimioterapia? qué drogas le echarán, madre mia, que después de meses aún siguen en mí como parásitos, aprovechándose de mi cuerpo cansadito.

He podido sentir que la quimioterapia suele venir acompañada de algún que otro efecto secundario. Algunos efectos se desvanecen junto con la quimioterapia pero hay otros que siguen acompañándote durante más tiempo.

Y me explico:
--Tengo todas las uñas de los dedos gordos de pies y manos a medio camino, totalmente oscuras y el doble de gruesas. Parece ser que donde nace la uña ya se ve que no está afectada por la quimio, y debe ser cierto porque el color del nacimiento de mis uñas ya es algo más saludable. Total, que tengo una mini-mitad de la uña de mis dedos gordos en color normal y la otra mitad en color oscuro algo más abultadita porque la nueva se cuela con ganas por debajo de la vieja afectada.
--Con el pelo me ha sucedido algo curioso: al mes de haber finalizado la quimio ya estaba todo fuera (bueno, casi todo). El de la cabeza parecía pelusilla de bebé (ahora se me riza). El de las piernas....como si no hubiese pasado nada, oyes!: gordos y fuertes. Pero bueno, no hay queja! Ahí estaban para alegrarme de volver a coger una maquinilla o cuchilla de afeitar (nunca pensé decir tal cosa!). Donde todavía no acabó de asomarse del todo es en mis cejas (antiguamente bien pobladas) que ahora son insuficientes, pobriñas!.
--La menstruación.....esta desapareció como por arte de magia. Se marchó y no volvió, dejándome un regalito en forma de sofocones.......hasta ayer! La quimio debió de abandonarme un poquito más (pensé) porque la regla ha decidido volver; ¡vaya! algo tan femenino,qué guay...pues qué mal!! porque justamente en mi caso es una putada por ser hormonodependiente. Así que ahora toca inyecciones, 2 añitos por lo menos, para que desaparezca.
Chao chao Sra Regla!! Hola de nuevo Sres Sofocones!!.
--El rechazo a olores asociativos no es algo físico, me consuela. Pero aún sin tener un sólo resto de quimio en mi cuerpo, sé que durante un tiempo seguiré teniendo náuseas cada vez que vaya al Hospital donde me di la quimio, cada vez que me hablen del tratamiento, cada vez que me pongan un yogur delante,etc.
--En cuanto a mi cuerpo en general....durante el tratamiento no me lo he notado demasiado pero ahora que veo mis fotos de hasta hace bien poco.... jesús, qué hinchazón generalizado! qué cara rellenita, qué brazos rellenitos,.... la quimio debió de abandonarme un poquito más (pensé de nuevo) porque me he deshinchado!......bueno, no mucho porque la verdad es que como más que nunca en mi vida. Y es que volver a apreciar los sabores de un huevo frito, de un pescadito, de una salsita,.... ay, no tiene precio!.

Y esto es lo que me acontece así a grosso modo. Pero, por favor, antes de que penseis que vuelvo a la resaca profunda, os diré que a pesar de todo esto (que podría ser peor), soy feliz y estoy bien....

......porque:
-El que las uñas estén más claras, más oscuras, más pequeñas o grandes, más gruesas o finas... no deja de ser algo circunstancial e insignificante. Y si no, pues manicura francesa (que ya lo hice yo para una boda y ni se notaba!)

-Las piernas... como ya he dicho, maquinilla y punto. O nada, que la pareja no se va a asustar por cuatro pelos.

-Las cejas, las pinto con unos polvitos oscuros y parece que tengo más.

-La regla, así como ha venido, volverá. Mientras tanto, me olvido de los dolores de ovarios, de los tampones y el ibuprofeno.

-Y si estoy con cinco kilitos de más... pos no pasa nada. No me importa. Si no me sirve tanta ropa de mi armario, ya me servirá. Qué comer es un placer! (eso sí: comer sano).


Así que, qué efectos secundarios me quedan?: unos cuantos sofocones y náuseas asociadas a determinados olores cotidianos durante la quimio. Putada?: sí. Pero.....sinceramente, he cumplido los 28 años, cumpliré los 29, los 30 y espero y deseo que muchos más.

CONCLUSIÓN: Que mi cabecita esté sana que los efectos secundarios....bien puedo con ellos, no?

Saludos.

martes, 4 de noviembre de 2008

Ya no tengo cáncer de mama...

Llegó el momento de hacer un cambio porque...... pensando y pensando...... meditando y meditando ....... me he dado cuenta que ya no tengo cáncer de mama!!. Tengo media resaca, pero cáncer no!! así que, como he caído en la cuenta de que ya no tengo ni una sóla célula cancerígena en mi cuerpo y psicologicamente ya me encuentro mejor.....desde hoy mismo hago el cambio del título del Blog.
A partir de hoy, declaro oficialmente ante todos vosotros y ante mí misma que Ya no tengo cáncer de mama... pero lo he tenido (hay heridas que dejan cicatrices).

Peo no está mal, no? pues ole, ole y ole....otra escalerita más que subo!!!.

Un saludo ;-)

lunes, 3 de noviembre de 2008

La resaca de después

Cuanto tiempo sin publicar nada!! Ya han pasado dos meses desde mi última entrada.

En una de mis primeras publicaciónes recuerdo que hablé de las fases físicas y psíquicas de la enfermedad…. Y refiriéndome a la última de las fases, yo la titulé como “la resaca de después”.
Es evidente que por aquel entonces, todavía no había experimentado dicha fase pues estaba en otras previas (quimioterapia, operación, radioterapia,…) pero he de confesaros que el motivo (un poco) de este descanso del blog no ha sido otro que una gran resaca. Sí, una resaca considerable!!.

Soy una persona joven (28 años), siempre me he considerado muy abierta y extrovertida, bastante habladora (por no decir mucho), positiva y con muchas ganas de muchas cosas. Cuando me diagnosticaron el cáncer, mi vida se paró. El primer mes lo recuerdo como horrible pero, aún así, creo que he encajado bien la enfermedad y también creo que he llevado bastante bien todo el proceso de la enfermedad mia y de mi padre e incluso llegaba a dormir a gusto y en paz.
Peeeero (todo tiene un pero) de la noche a la mañana, o de una semana para otra o no recuerdo muy bien en qué preciso momento, una resaca se apoderó de mi ser.

Esta resaca ha sido de las de “buf, cuánto he bebido ayer” pero que traducido al caso que toca ha sido algo así como “buf, todo lo que he pasado…y ahora qué voy a hacer de todo esto?”.
-Qué me está pasando si todo iba bien, si yo estaba feliz, en qué momento dejé de estarlo y por qué.
De esto hace poco más de un mes y confieso que sigo sin saber muy bien por qué me pudo tanto, llegando a afectar a mi forma de ser y mi ritmo de vida.

Mirando hacia atrás, y con ayuda de mi pareja (que casi siempre tiene la razón y pocas veces se la doy), con ayuda de la psicóloga de la AECC y de mi autoayuda sobre todo, ahora puedo decir que lo que me ha pasado es que tenía que recuperarme del susto; hacer borrón y cuenta nueva.

Durante la enfermedad psicológicamente he funcionado por objetivos (superar quimio, pasar operación, superar radio,…). Deduzco que cuando todo acabó y ya no había más objetivos que el volver a la vida normal, me vi incapaz y me frustré (objetivo final no alcanzado). Si a esto le sumo que la gente ya me tenía como recuperada y curada, menos recuperada y bien me sentía yo.

Así que llevo un mesecito con todo esto a cuestas pero subiendo escaleritas de autoestima:
Me he apuntado a un taller de cuero; a otro de redecoración; pinto; coso; cuido y adoro a mi perro, a mis plantas, a mis pájaros y a mis peces; estoy haciendo un curso de cocina natural y energética; y tengo pensado adentrarme un poquito o un muchito-según se tercie-en la agricultura ecológica).
Bueno, sigo con dos asignaturas pendientes: dejar de fumar y hacer mucho deporte. Pero las escaleras sé que no las puedo subir todas de una vez, yo no. Así que poquito a poco.

Por lo de pronto, el tribunal médico me ha dado 6 meses de prórroga para recuperarme (pues tengo el pecho muy inflamado por la radioterapia y poco aguante físico).
No sé si necesitaré 6 meses para verme fuerte y recuperada física y psíquicamente, pero utilizaré este tiempo que se me ofrece para dedicárselo a estas pequeñas cosas y muchas otras tantas que me llenan tanto.

Saludos.