El 1 de marzo tengo revisión con mi oncóloga para ver los resultados de mamografía y analítica.
La mamografía he tenido que hacerla el lunes pasado.
Pues bien, llego allí... yo sola, por aquello de "
prefiero ir sola, que total"... me llevo un libro anticipándome a las grandes esperas y a la media hora (sólo media hora!) me llaman.
Entro en la sala del mamógrafo, desnuda de cintura para arriba (como ya sabeis) y me hacen las mamografías de los dos pechos en vertical y horizontal.... Hasta aquí todo bien, es decir, todo normal... Acto seguido, el chico me dice:
-
Bueno, pues ahora espera fuera para hacerte una ecografía.-
Eiiin, ecografía???- pensé.
Vuelvo a la "cabina", me visto y salgo a la sala de espera un tanto descolocada.
Al cuarto de hora más o menos, me llaman para la sala del ecógrafo... Me desnudo de cintura para arriba de nuevo y me tumbo en la camilla... Hasta aquí, podría deciros que todo controlado... el descontrol llega desde el momento en que me tumbo en la camilla y me tienen allí sola con mis pensamientos durante más de 10 minutos.
Evidentemente, después de ver que me van a hacer una prueba no prevista, que tardan tanto, etc etc etc... (y los que habeis pasado por esto sabeis a lo que me refiero), en el momento en que entró el médico-ecógrafo yo ya estaba de los nervios... contenida... pero de los nervios.
Total, que me saludó, se sentó, echó el gel y me explora... mientras tanto, yo calladita pensando en que como el señor habra la boca yo reviento a llorar... y el señor médico... abrió la boca:
-
Notas algo ultimamente?- me dice.
Joer con la preguntita!!!... de mi boca sólo pudo salir un "
no" débil, entrecortado y casi imperceptible al oído.
De forma inmediata ya estaba restándole importancia a la pregunta, acordándome de que el chico de la mamografía, antes de hacerme la prueba también me preguntó lo mismo.
-
Debe ser una pregunta comodín... -pensé- ....
cuando llegue a casa... - sigo pensando con el modo "evasión de la situación" activado-...
escribiré una publicación en el Blog para si algún ecógrafo, médico,... me lee, pedirles por favor que dejen de utilizar estas frases comodines tan inapropiadas y catastróficas para el paciente.
Un rato después, segundos, mi modo evasivo se desactiva repentinamente ante unas lágrimas que salen de mis ojos y una pregunta incontrolable que sale de mi boca:
-
Pero... pasa algo... veis algo raro?.-
Noooooo, lo que pasa es que tienes unos pechos voluminosos y tan fibrosos y, encima, las zonas de las cicatrices endurecidas, que no se ve bien con la mamografía- me contesta medio riéndose, tal cual como si estuviese hablando con una mesa y repitiese eso varias veces al día. Poco convincente, la verdad.
Pasan unos segundos, mientras saca "fotitos" en la pantalla....
-
Sabe que pasa? que esto ya lo he vivido yo- le contesto medio llorando.
-
Pero nooooo, es por lo que te digo, de verdad- me contesta sin ni siquiera mirarme.
-
La verdad es que cuando son demasiado bordes: mal (porque nos sentimos mal tratados) y cuando son demasiado amables: mal también (porque pensamos que lo hacen porque les estamos dando pena)- reflexiono.
Pasan otros pocos largos segundos...
-
Bueno, esto ya está... todo bien- me dice.
-
De verdad?.-
Que sí, mujer... hacemos el informe y ya se lo mandamos a tu especialista- me contesta con sonrisa incómoda.
Me despido, me visto y salgo pitando de allí...
Llego a casa llorando a moco tendido y me siento a analizar la situación:
-
Cuando dijo esto, por qué lo dijo?... la sonrisa incómoda era porque veía algo sospechoso o porque tenía a una paciente llorando en sus narices y no supo como actuar?... cuando me dijo que todo estaba bien, me lo diría para tranquilizarme o es que realmente estaba todo bien?............. snif snif snif...
Llega Dani, le cuento lo sucedido. Intenta liberarme de mi brote psicótico y:
-
Venga, vamos a comer por ahí y de compras- me dice.
-
Ahí vamos! ante un brote psicótico... soluciones superficiales! es lo mejor que se puede hacer!- pienso yo.
Entramos a comer en un restaurante y allí nos encontramos, como si de un ángel se tratase, a Fani- mi terapeuta y profesora de cocina energética- (a la cual, por cierto, le estoy ayudando con su Blog y cuando ya esté, aquí os lo presentaré porque de verdad que será de lo más interesante!).
-
Ay Fani, que alegría verte!!.-
Pero que te pasó?.-
Pues resulta que..... bla bla bla bla...- le cuento todo.
- Bla bla bla bla bla....
Bueno, después de esto, ya estoy más tranquila... mañana mismo llamaré a mi oncóloga para ver si me puede decir algo.
Al día siguiente por la mañana, llamo a la secretaria de oncología del Materno.
Le explico que estoy muy preocupada por unas pruebas que se me realizaron el día anterior y si es posible que mi oncóloga, la Dra. Calvo, me pueda decir algo... La secretaria, que no puede ser más encantadora (como es habitual en ella), me dice que le pasará aviso a mi doctora y a ver si me puede llamar o adelantar la consulta.
Pues me quedo con eso... a ver si la Dra Calvo me llama...
Hoy 23 de febrero (una semana después de haber llamado)... vuelvo a llamar... La secretaria me explica que la oncóloga ya ha recibido mi historial, que habrá visto el informe pero que seguramente si no me llama es porque no ve motivo de alarma pues le dejó constancia que no era necesario adelantar la cita (no fueron palabras textuales pero vino a decirme esto).
Yo insisto en mi preocupación (aumentada con esta llamada) y decide pasarme con la enfermera de los oncólogos....
-
Hola, buenos días. Y cómo es tu nombre?- me dice (deduzco que la secretaria la ha puesto al tanto).
-
Paula García.
-
No tengo aquí tu informe. Seguro que lo tiene ella en consulta. De todas formas, cuando tienes cita para la revisión?.-
El 1 de marzo.-
Pero el 1 de marzo ya es el lunes que viene!. Espérate al lunes que no queda nada.-
Ya, lo sé. Pero es que desde hace una semana estoy muy preocupada y bastante nerviosa por lo sucedido en mis pruebas y llevo una semana esperando una llamada que, como no se da, pues más preocupada me siento.-
Es que la doctora estuvo muy ocupada....-
Que fuerte!- pienso.
- ...
de todas formas, ya le diré que has llamado y se lo comento. Si hay algo raro ya le digo que te llame. Si no, pues ya la ves el lunes.-
Vale. Gracias.Cuelgo y termino de flipar....
Vale que a lo mejor estoy siendo una paranoica... pero una cosa tengo claro: en octubre hago 3 años como paciente con cáncer de mama.
En estos 3 años, NUNCA NUNCA NUNCA he llamado más que para pedir cita con la oncóloga. JAMÁS de los jamases he llamado movida por una paranoia (que las tuve), por un dolor ocasional en las cicatrices (que los tuve), por un miedo a... (que también los tuve), por una fiebre,... Jamás!!!.
Y por una sola y única vez que llamo, muestro mi preocupación y pido que por favor me llame mi doctora... nada de nada!!!.
Me consta que sí está muy ocupada, porque el volumen de gente que hay en aquella sala para los diferentes oncólogos, ni en la feria de mi pueblo! pero, o una de tres:
- O aquí hay bastante incompetencia y desbordamiento de pacientes,
- o mi petición de llamada no llega a quien tiene que llegar,
- o es que realmente algo malo me tiene que decir y no quiere hacerlo por teléfono.
El caso es que lo que me queda claro también es que el lunes apareceré en la consulta con mis preocupaciones y con unas grandes ojeras. Porque a ver quien es la persona que, después de haber tenido un cáncer, puede dormir ante algo así.
Y mientras tanto, toca esperar, intentar no pensar y
utilizar esta publicación para pedir a todos los profesionales que tratan con pacientes de cáncer que POR FAVOR no se olviden que somos PERSONAS (no números), que nos sentimos en sus manos, que la cabecita de un paciente con cáncer no va a las mismas revoluciones que la de uno que no lo ha tenido, que estamos hablando de nuestra salud física y mental y que, tener o haber tenido cáncer NO ES FÁCIL!!! (algún día desarrollaré esto en otra publicación).
Besos a todos.