Durante el último año, fue mi padre quien me llevó a todas las consultas, quien me acompañó en mis chutes de quimio y quien sufrió muy de cerca todos mis efectos secundarios y... en cuestión de un mes (que empezó a retener líquidos y a sentirse mal)... como si de "paso relevo" se tratase... soy yo la que lo he tenido que visitar al Hospital, la que lo llevo a las consultas, sufro de cerca sus efectos secundarios y no lo acompaño en el chute porque las náuseas asociativas me lo impiden.
Ni que decir de mi madre, aguantando el chaparrón estoicamente por partida doble.
En fin, los obstáculos de la vida. Nunca fui muy consciente de ellos (porque no los padecí a gran escala); pero estaban esperando a interponerse en mi camino de la vida, bien juntitos. Para que no me diese tiempo a relajarme y respirar tranquila.
Por suerte, a mi padre no lo pilla desprevenido, está un paso por delante; ya lo vivió conmigo, lo tiene bien fresco y es de mente fuerte.
Así que desde mi blog..... papá, mucha fuerza y ánimo!
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